Muchos de los problemas que puedes llegar a tener con tus compañeros o amigos, incluso con tu familia se debe a que el lenguaje no es el adecuado, y no es el adecuado porque parten del "TÚ" en lugar del "YO".
Por ejemplo:
- (TÚ) No me escuchas.
- (TÚ) No me quieres.
- (TÚ) No has cumplido tu promesa.
- (TÚ) Siempre me interrumpes cuando hablo.
... al "YO"
Por el contrario, cuando enfocamos el problema centrándonos en el "YO" pones atención en lo que sientes, y eso facilita el diálogo.
- Yo me siento... (Expresa un sentimiento lo mas claro y sincero posible).
- Cuando tú... (Describe el problema que da pie a ese sentimiento).
- Porque... (Explica la razón del problema).
- Y me gustaría ... (Sugiere a tu amigo de que manera podría solucionarse el problema).
Veamos un ejemplo:
- Yo me siento muy triste.
- Cuándo tu me interrumpes mientras estoy hablando.
- Porque estas interrupciones hacen que no valores lo suficiente mis opiniones.
- Y me gustaría que me escucharás en silencio hasta que acabe lo que tengo que decir cuando estamos con nuestros amigos.
Recuerda que desde la empatía podemos conseguir que problemas cotidianos se conviertan en soluciones con una comunicación asertiva.
Fuente: El libro de las pequeñas revoluciones, de Elsa Punset.